España nos roba? una mentira indecente

Independentismo: ¿por amor, o por interés?

Los catalanistas últimamente están que se salen. Han descubierto el filón del «expolio fiscal», y lo están explotando a fondo. Mediante el argumento de que «España nos roba» esperan aumentar el techo actual de adictos a sus tesis. Y tiran la caña en el caladero de los obreros castellanohablantes, que aunque no votan nacionalista ni ponen la senyera por Sant Jordi y se entusiasman con los goles de la Roja, son celosos del bienestar que han amasado en toda una vida de trabajo, y no están dispuestos a dejarse robar por nadie. Este zafio mangoneo no es nuevo: de hecho es el argumento de siempre, pero que antes se revestía de identidad, raza, lengua, historia, manera de ser, cosmovisión y otras zarandajas. Ya no es por nada de eso. Ahora van directos de cara a la pela: ¿hay algo más catalán, y a la vez más universal? En multitud de radios locales, en tertulias más bien friquis y en vídeos colgados de youtube están difundiendo la matraca de siempre: que los catalanes –formales, trabajadores, europeos- estamos pagando la insolvencia, el desbarajuste y la juerga permanente de los  españoles. Y como eso lo dice gente con títulos universitarios, y lo dice frente a la cámara y sin mover un músculo, al final se llegan a hacer creíbles: por aquello de que una mentira repetida mil veces pasa a ser verdad, verdad de la buena.

Vean los disparates que dice, por ejemplo, David García en un blog de La Vanguardia: «España roba a Catalunya 60 millones de euros al día…Los estudiantes catalanes reciben sólo el 5% de todas las becas del estado y los estudiantes de Madrid reciben el 58%… La renta per cápita anual de los catalanes aumentaría en unos 2.400€ al año si tuviésemos seguridad social propia… El «Ministerio de Cultura» gasta anualmente por cada español 47€ y por cada catalán sólo 5€… Cataluña sería 7 veces más rica si fuera independiente, como dijo el Premio Nobel de Economía Aplicada en la UB el pasado mes de mayo… Uno de cada tres años el Ministerio de Fomento no invierte nada de nada en Catalunya… Cada año nos roban 20.000.000.000 de euros (11% del PIB), siendo así la región del mundo que sufre más déficit por parte de su gobierno… En Catalunya sólo se invierte un promedio del 12% del PIB español anual pese a aportar el 22% del mismo PIB español… España es un mal negocio.»

Dejemos de lado ese premio Nobel de «Economía Aplicada», que podría encajar perfectamente en un discurso de Cantinflas, y me suena a timador del tocomocho, como el Tony Leblanc de las películas de los sesenta. Ante un discurso así, lo primero que se te ocurre es que los catalanes debemos ser todos tontos de remate. No se entiende cómo no nos hacemos todos andaluces, con lo bien que viven ellos, siempre de feria con su vinito y dando palmas. Y todo gratis, que los catalanes pagan.

La cosa es muy sencilla. Si hay expolio fiscal, sólo puede ser a) porque los catalanes damos más, o b) porque recibimos menos. Y ambas cosas son falsas. Los catalanes pagamos exactamente igual que el resto de españoles, cada uno según su renta. Y el reparto del pastel autonómico se hace de acuerdo a unos criterios fijados por ley ogánica (la LOFCA). El resto es la obra del gobierno votado democráticamente, que rinde cuentas ante las urnas. No puede haber mayor garantía contra la arbitrariedad ni la discriminación de un territorio. Ah, eso sí: todos se quejan del reparto, todos sienten que los demás se están llevando la parte del león. Es lo más normal del mundo. En España –en el resto de España, quiero decir- es normal quejarse de que los catalanes se lo llevan todo, porque saben chantajear bien al gobierno de turno. O sea: un discurso aburrido y tontorrón, totalmente previsible.

Entonces, los del «España nos roba», lo que pretenden es: o bien que los catalanes paguemos menos que los demás, cosa más bien imposible, o que nos den más que al resto: mejores carreteras, mejores hospitales. ¿Que por qué? Porque somos catalanes,  naturalmente, y nos lo merecemos: ¿les parece poco?