Los dos pilares, pacto fiscal y blindaje definitivo del monolingüismo vernáculo en el ámbito catalán, en los que se fundamenta la propuesta de desmantelamiento constitucional auspiciada por el PSC, ambos, resultan inadmisibles desde una perspectiva federalista, nacional y, permítaseme la expresión, patriótica. Absolutamente inadmisibles. Un ciudadano español tiene que tener los mismos derechos –y las mismas obligaciones– en Barcelona, en Cádiz y en Lugo. Los mismos. Y el día en que eso no sea así, España habrá dejado de ser España. Sánchez Castejón dispone de ochenta días a partir de hoy para reflexionar: o los intereses del PSC o La Moncloa. Él decide.
Clicar para leer a José García Domínguez en Libertad Digital
Debe estar conectado para enviar un comentario.