Las encuestas y la amenaza de escisión en el PSC fuerzan la dimisión de Pere Navarro… Con su renuncia, Navarro aboca al PSC a un congreso, donde aprobará su estrategia futura. “Y los críticos, si son demócratas, han de aceptar lo que vote la mayoría”, subrayan las fuentes consultadas. Pero estos ya hablan de que el relevo puede “facilitar la renovación”. Lo malo es que esa renovación se traduzca, en el próximo congreso, en una reafirmación de las tesis mantenidas hasta ahora por el propio Navarro y la dirección oficialista. En ese caso, la historia se repetiría y volverían las tiranteces que ya existen ahora.
Clicar para texto de A. Fernández en El Confidencial, 12/6/2014
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