… notamos como el Gobierno esgrime la ley, con retórica estricta, y se apresta a dialogar con el presidente de la Generalitat, que amenaza con llevar adelante una consulta ilegal. La ley y lo ilegal coexisten como nunca lo harían en países de nuestro entorno, y sería el momento de romper ese equilibrio rechazando cualquier dialogo bajo amenazas de ilegalidad, sin que le condicionen al Estado cantos de sirena o jeremiadas apocalípticas… Estaríamos entonces ante un Estado fuerte pero no autoritario, legitimado para buscar soluciones al problema que plantean los nacionalistas catalanes…
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