… soy de Rubí, ciudad de la periferia de Barcelona, en la que gran parte de la población es originaria de otros lugares de España. Mis primos, mis amigos de la infancia, todos hijos de inmigrantes. Si un bávaro se va a Berlín no se le considera inmigrante ni, pese a las enormes distancias, si un californiano se va a Atlanta. Pero en Cataluña, sí. Un aragonés, pese a haber nacido a pocos kilómetros y tener una gran parte de historia compartida, es un inmigrante en Cataluña. O un andaluz, o un extremeño, o un murciano.
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