Con unas organizaciones socialistas que a pesar de la debacle del gobierno ha dejado de ser alternativa clara porque nuestras expectativas electorales en lugar de avanzar con las pérdidas del PP, también apuntan a un claro retroceso… Con todo eso y más cosas que me dejo, compañeros, es que políticamente habéis perdido no ya el norte sino el juicio, políticamente hablando, por supuesto. Pero como se os ha podido ocurrir emplear tanto tiempo y dedicar a tan sesudos dirigentes en parir…
Así, sin rodeos y dicho en términos coloquiales, con la contundencia y claridad con la que siempre me he dirigido a mis compañeros en una larga, activa y siempre crítica militancia porque los usos y costumbres socialistas se basan en la igualdad, en el rechazo de la reverencia a los que –siempre en nuestro nombre- mandan y porque en el derecho y el deber de crítica, no caben halagos a aquello que nuestros dirigentes hacen bien, ya que esa es su obligación y el mandato de quienes les eligen, sino que debemos criticar aquello que nos parezca que no han hecho todo lo bien que debieran. En todo caso, si alguno estimase inadecuado el título, daría por retirada su literalidad y sustituido por el que mejor convenga a más exquisitos paladares.
Pero, vamos a ver! Con la tremenda crisis económica de la que no saldremos ni pronto ni a medio y largo plazo, con millones de españoles desempleados y sin esperanza de hallar trabajo en mucho tiempo, con cientos de miles de familias viviendo mucho más allá del dintel de la miseria, con más de la mitad de los jóvenes en el paro y sin otra salida que la emigración o el obligado cobijo en el seno de las exhaustas familias, con los españoles padeciendo el gobierno más mentiroso y antisocial de todo el período democrático, que en poco más de un año nos ha expoliado de todas y cada una de las conquistas sociales conseguidas tras décadas de lucha, con el tremendo foso existente entre la maltratada ciudadanía y unas complacientes castas políticas asoladas por demasiados episodios de corrupción.
Con unas organizaciones socialistas que a pesar de la debacle del gobierno ha dejado de ser alternativa clara porque nuestras expectativas electorales en lugar de avanzar con las pérdidas del PP, también apuntan a un claro retroceso.
Con todo eso y más cosas que me dejo, compañeros, es que políticamente habéis perdido no ya el norte sino el juicio, políticamente hablando, por supuesto. Pero como se os ha podido ocurrir emplear tanto tiempo y dedicar a tan sesudos dirigentes en parir y lo que es peor, en proponer en público, para que nos tomen por locos o por irresponsables, un monstruoso proyecto de reforma constitucional imposible porque, ya de entrada, no están de acuerdo ni el PP, partido mayoritario con el que hasta ahora hemos ido protagonizando la alternancia, ni tampoco acepta CiU, una de los principales fuerzas nacionalistas.
Pero es que, además, los documentos aprobados en el Consejo Territorial de Granada este fin de semana, no solamente no van a servir para aplacar las reivindicaciones en espiral de los nacionalismos periféricos en sus pretensiones últimas, la destrucción del estado sino que, como de costumbre y con la expresa complicidad de nuestros propios nacionalistas, el PSC y otras malas compañías, a pesar de las tremendas concesiones teóricas que habéis recogido en esos documentos, estáis suministrándoles argumentos para que durante otro montón de años sigan pidiendo el oro y el moro todos los nacionalismos, incluidos, repito los propios, esos dirigentes que dominan el PSC a quienes en lugar de exigirles el abandono del soberanismo, les premiáis con esa especie de biblia que nos imponen como derecho a decidir de ellos y sus parientes del Partido Único Catalán, para dejarnos sin capacidad de decisión a los demás lo que, a mayor absurdo, supone premiar la práctica escisión del socialismo perpetrada por el PSC desde unos años a esta parte.
Así, lo de Granada es una locura innecesaria porque nadie en sus justos cabales cree eso como prioritario en estos críticos momentos, porque esos documentos han necesitado de mucha atención y esfuerzos de dirigentes del máximo nivel que deberían haberlos aplicados a la inmensidad de retos y problemas por resolver en sus responsabilidades institucionales y, tristemente en las responsabilidades acumuladas muchas veces con las orgánicas.
Pero, y eso es lo peor de todo, es que la militancia y la ciudadanía también pueden distraerse en esos falsos objetivos o, pensado también en aquello de que estáis locos, podréis aburrirnos a todos y que renunciemos a perder tiempo y energías para tales imposibles reformas constitucionales y dedicarnos mejor a escribir las memorias del Pato Donald, dejando a nuestros dirigentes mirándose el ombligo para empeñarse en desarreglar España más de lo desarreglada que ya la padecemos, en lugar de dedicarse ellos y nosotros, a lo realmente importante y necesario, a lo que, para un partido serio y para un proyecto socialista coherente debería ser imprescindible, esto es, a acelerar la salida de la crisis, la vuelta a niveles de empleo razonables y la formación de mayorías sociales y políticas encaminadas a desalojar de todos los niveles de gobierno a la rancia y corrupta derechona ultraliberal, para así poder ir recuperando todos los derechos laborales y sociales así como las libertades que nos han sido arrebatadas.
Lo contrario, el marear la perdiz y el planteamiento de peligrosas redefiniciones territoriales y ensoñaciones constitucionales, no solo agravarán la crisis económica sino que alimentarán la deslealtad y la ambición de aquellos que no piensan en términos de libertades y de justicia social sino en sus ambiciones y en los mezquinos intereses de las élites de siempre, esas élites que os han llevado al huerto en Granada, de la mano de un PSC sometido a quienes dominan Cataluña desde hace siglos hasta el punto de alimentar la marginación y mantener en el limbo político a una izquierda catalana que ha sido mayoritaria durante décadas y que hoy no tiene ni interlocutores ni partidos a los que razonablemente pueda votar.
Pepe Castellano, cofundador del PSC, militante del PSOE y Presidente de Ágora Socialista.
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