Un clamor multicolor contra los recortes colapsa la capital de España en la manifestación del 15S… Bajo el lema “¡Vamos! Quieren arruinar el país. ¡Hay que impedirlo!´, la Cumbre Social convocada por la mayoría de los sindicatos y más de 150 organizaciones sociales ha desbordado las previsiones de los propios organizadores…
Perico Echevarría en Diario Progresista> 15/9/2012
Bajo el lema “¡Vamos! Quieren arruinar el país. ¡Hay que impedirlo!´, la Cumbre Social convocada por la mayoría de los sindicatos y más de 150 organizaciones sociales ha desbordado las previsiones de los propios organizadores y en torno a un millón y medio de personas provenientes de todos los puntos de la geografía nacional han colapsado el centro de Madrid para reclamar del Gobierno una salida social a la crisis.
La marea multicolor, compuesta por las camisetas verdes, negras, blancas, rojas, moradas y naranjas que representan a los más destacados colectivos que claman un cambio de políticas al Gobierno del Partido Popular han estado acompañadas por cientos de miles de españoles que han inundado el centro de Madrid, epicentro de una protesta que también se ha celebrado en otros puntos del país bajo el lema ´¡Vamos! Quieren arruinar el país. ¡Hay que impedirlo!.
Los asistentes han compartido mayoritariamente la idea de que el Ejecutivo de Mariano Rajoy no está aplicando medidas destinadas a acabar con la crisis que tiene atenazada a la sociedad española por el alto déficit generado, sobre todo, por la enorme deuda privada, y el insoportable nivel de desempleo que supera los cinco millones de personas. Las reformas emprendidas por el Partido Popular capitalizadas por un afán ideológico de acabar con el Estado del Bienestar tal y como lo hemos conocido hasta hace muy poco, y en ello coinciden los promotores de la marcha celebrada hoy, un auténtica muestra de la enorme desafección que está cosechando el gabinete presidido por Mariano Rajoy.
“Es inmoral aprovecharse del mal estado de las cuentas públicas para ajustarle las cuentas al Estado del Bienestar”, ha resumido en su discurso el Secretario General del UGT, Cándido Méndez, que ha denunciado la estrategia del Partido Popular de hacer un uso partidista de la crisis para imponer sus políticas neoliberales, las mismas que no se atrevieron a proponer en su programa electoral. A este respecto, muchos han recordado hoy que lo peor no es el incumplimiento de los populares de las propuestas que llevaban en su programa electoral, sino el de las promesas solemnes de lo que aseguraron que no iban a hacer. Por ello, según Méndez, “la única manera de corregir la deriva antisocial del Gobierno es la movilización y el Referéndum”, ya que “el PP quiere transformar el Estado del Bienestar en ‘estado de beneficencia’, con lo que conseguirán un doble objetivo, aplicar su ideología en el ámbito terrenal, y alcanzar el Cielo en el que creen en “su religión”.
Por su parte, el Secretario General de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, ha denunciado que “la rebelión de la élites está dictando las políticas desde del Banco central Europeo contra la ciudadanía”, y ha reclamado una reforma fiscal “que permita financiar el Estado del Bienestar”.
Diversos representantes de las distintas “mareas” que han convertido Madrid en el epicentro de una las protestas más multitudinarias que se recuerdan en nuestro país han pasado por el atril de los discursos para denunciar el desmantelamiento de los servicios públicos y el deterioro derivado de los recortes y han reclamado también otras formas de abordar la crisis. El mantra del Gobierno de “no se puede gastar lo que no se tiene”, ha sido muy criticado durante toda la marcha, pues los asistentes, conscientes de quiénes son las víctimas de este argumentario, han coincidido en que el Gobierno está cargando sobre las clases trabajadoras el coste de la crisis financiera, con fuertes subidas de impuestos y recortes de derechos y salarios, mientras renuncia a gravar los beneficios de las grandes empresas y las grandes fortunas para obtener los fondos que permitan el sostenimiento de un modelo de estado que el Partido Popular, por cuestiones más ideológicas que de estrategia anticrisis, está decidido a desmantelar.
Esta mañana, un millón y medio de personas han pedido al Gobierno y al Partido Popular que frene y que mire hacia la calle y hacia los trabajadores españoles, que con multitudinaria asistencia han manifestado un clamoroso NO a las políticas de Mariano Rajoy.
EL GOBIERNO ENTORPECE LA PROTESTA
La marcha ha transcurrido con plena normalidad y en un ambiente de enorme solidaridad entre los distintos colectivos que han hecho confluir sus luchas en el centro de Madrid. Médicos y profesores, discapacitados y funcionarios, parados y policías, así como los movimientos del llamado “15S crítico”, que reniega de los sindicatos mayoritarios y de los grandes partidos de izquierda y reclama una respuesta más contundente ante la situación actual, han compartido la colorida marcha que ha reclamado una salida social a la crisis.
Los únicos incidentes de cierta importancia han sido los provocados por el propio Gobierno en su afán de garantizar la seguridad de su otra sede, la del Partido Popular en la calle Génova de Madrid, que ha sido cortada y blindada por la fuerzas policiales convirtiendo la zona en una auténtica ratonera a la que no se podía acceder, pero de la que tampoco se podía salir. La grotesca situación ha provocado algunos momentos críticos, pues se han producido algunos desvanecimientos a causa del calor, que no han podido ser atendidos por los servicios médicos al resultar imposible llegar hasta los afectados. La Comunidad de Madrid, no obstante ha puesto su granito de arena y ha impedido que las miles de personas que querían acceder en la red de Metro a la Plaza de Colón pudiera hacerlo, al inhabilitar las salidas de la estación en esa plaza.
Tampoco ha pasado desapercibida la presencia de los helicópteros de la policía durante todo el recorrido, así como la baja altura en la que estos han estado volando sobre la Plaza de Colón durante las intervenciones de los líderes sindicales y de los movimientos sociales. El ruido ensordecedor provocado por los motores de los aparatos ha impedido que muchas personas pudieran escuchar con claridad los discursos contra las políticas del Gobierno del PP.
En cuanto a las cuestiones de orden público, la marcha ha transcurrido en un ambiente de exquisito respeto por parte de los cientos de miles de manifestantes, y las únicas detenciones que se han producido y que el Gobierno podrá presentar han sido la de unos jóvenes que intentaron desplegar una pancarta llamando a la convocatoria ‘Ocupa el Congreso’, prevista para el próximo día 25, que los agentes han impedido que estuviera presente en la marcha. También un bombero ha sido retenido por la Policía por desplegar una pancarta en uno de los monumentos de la plaza de Colón en la se leían alusiones directas al Partido Popular. Una inequívoca muestra de cómo entiende el PP el derecho de manifestación y la libertad de expresión cuando ejerce las tareas de Gobierno.
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