Los destrozos políticos de la Generalitat

Puede haber una estrategia política… los recortes son justamente impopulares. Pero estos elementos no explican la naturaleza brutal y supremamente lesiva de los recortes… cuando analizamos la manera de obrar de la Generalitat encontramos un principio irracional y políticamente deliberado.

Alfons Quintà en El Debat> 01/8/2012  

«Cuando habéis eliminado lo que es imposible, lo que quede, por improbable que sea, tiene que ser la verdad», le hace decir Arthur Conan Doyle a su famoso personaje, Sherlock Holmes.

Aplicamos la frase a algunos de los recortes de la Generalitat, admitiendo que ciertamente se tenía que reducir su presupuesto. Consideramos también que los recortes son justamente impopulares. Pero estos elementos no explican la naturaleza brutal y supremamente lesiva de los recortes. Más bien tendrían que excitar a la ponderación y a la prudencia. Es lo que siempre se ha hecho en las mejores democracias.

Pero cuando analizamos la manera de obrar de la Generalitat encontramos un principio irracional y políticamente deliberado. Como diría el detective Holmes, a veces es lo único que queda. Comporta la utilización política interesada del desconcierto.

A pesar de ser un partido muy conservador –no cuesta encontrarle tics que recuerdan al carlismo– CDC ha asumido el siniestro eslogan leninista «cuánto peor, mejor» y el maoísta «antes de construir hay que destruir». Ambos retomaban, como por ejemplo lo hace la Generalitat, una vieja y siniestra expresión latina: «Ordo ab chao» (a la orden desde el caos), de la cual se suele cumplir sólo la segunda parte, el caos.

La destrucción de la sanidad catalana no se entiende sin considerar esta actitud. Han destrozado a chorros y no han construido ni abaratado nada, más bien el contrario: han creado un caos mucho más caro e ineficiente.

Ahora tenemos otro problema más limitado, pero también escandaloso. Es el inpago a escuelas y centros sociales asistenciales concertados. Como informa este diario digital, no es que la Generalitat no tenga el dinero que hace falta para pagar necesidades tan básicas como los sueldos (muy bajos) del personal, sino que, como diría Sherlock Holmes, la razón real (a pesar de ser aparentemente improbable) es precisamente causar alarma social, recortando donde se podría haber evitado recortar. La Generalitat tiene el dinero pero lo destinará a pagar el endeudamiento financiero.

CDC puede preferir el caos para, a continuación, poder decir que la única salida a corto plazo es un pacto fiscal y a continuación la independencia.

Se puede querer el que se quiera, o su contrario, pero cuestiones tan claves no pueden ser enfocadas de forma instrumental, irrealista y absolutamente contraria a la solución efectiva de los graves problemas inmediatos que literalmente nos ahogan.

Además se hace de manera banal, carecida de un análisis serio. El papel presentado por CiU en el parlamento sobre el pacto fiscal es tan malo y retórico que hace caer de hombros. Además, ahora tengo en las manos el «Argumentario!» de CDC numero 755 del 26 de julio. Tiene por título «El Parlament de Catalunya aprueba con una amplia mayoría la propuesta sobre el Pacto Fiscal en la línea del concierto económico».

Se trata de un documento interno y reservado que la dirección de CDC envía periódicamente a todos los militantes. Tiene sólo 27 líneas, cuando para temas banales ha elaborado documentos mucho más largos. De hecho todos los documentos en favor del sobiranisme –palabra y concepto marginales en el estudio y la historia del nacionalismo, que sí que es una cuestión seria– son de una pobreza intelectual que asusta.

Esta manera de tirar el carro por el granizar puede durar algún tiempo. Con la excepción del grotesco 6 de octubre del 1934, será un paréntesis dentro de la trayectoria del catalanismo, normalmente gradual y posibilista. Los brotes tempestuosos nunca cuajaron. Ahora tampoco lo harán. En cambio, los usuarios de la sanidad pública, los de los centros sociales, los de todo el sistema educativo, ya lo sufren, cuando la primera de las prioridades del autogobierno catalán tendría que ser ayudarlos. Sólo tendrían que hacer de bomberos, nunca de incendiarios. Ahora bien, esta confusión de géneros se ha dado muchas veces en la historia. Cómo afirmó uno de los más grandes poetas alemanes de todos los tiempos, Friedrich Hölderling, los que quieren crear el Cielo sobre la Tierra a menudo consiguen crear el Infierno. En esto podemos estar. No tenemos que estar agradecidos, ni lo más mínimo.